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jueves, 9 de febrero de 2012

ME ENCANTA AMSTERDAM Y EL LLOYD HOTEL

 Amsterdan es una de mis ciudades favoritas, me encanta su arquitectura y, que siendo una gran urbe, a veces te sientas como dando una vuelta por un pueblo a pesar del tragín de gente yendo y viniendo. Me encanta sus grandes ventanales, ver a través de ellos las casas y las tiendas, ver como sus dueños con el buen tiempo pueblan las calles con el más diverso mobiliario y que día tras día esas piezas allí continúan, que nadie se las ha llevado. Aquí dejas un banco en la calle y a la que te levantas y caminas dos metros dándole la espalda no está :(
Allí sí estas atento en cada canal, en cada recoveco de sus intrincadas calles, puedes encontrar una sorpresa como en estás fotos de mis paseos.



Y uno de mis lugares favoritos para pasar unos días es el LLOYD HOTEL.
Dicho hotel ha sido utilizado como escaparate escaparate del diseño de interiores holandés de vanguardia. Dejando habitaciones al libre albedrío decorativo de diseñadores como Jurgen Bey, Hella Jongerius, Studio Job, Wand Jeroen...




Pero más allá del diseño y preciosas estancias como estas (el Lloyd Hotel tiene habitaciones desde 1 a 5 estrellas, las de cinco estrellas son todas diferentes, las más espectaculares son la habitación abuhardillada que tiene un columpio y la del piano con escalinata roja)...





Este hotel tiene mucha historia más allá de ejercer como embajada cultural y un referente como punto de encuentro entre artistas de todo el mundo, construido a principios del siglo XX sirvió de refugio de paso para los emigrantes que se embarcaban hacia el nuevo mundo, también fue una prisión, cuartel general de la Gestapo y manicomio lo cual aún se deja entrever en la arquitectura de sus pasillos y el alicatado de muchas de sus habitaciones que se conserva tal como fuere cuando funcionaba como sanatorio, impresionante es de las cosas que más me gusto como las mesas y las lamparas metálicas.




Así arte y locura se confunden un espacio espectacular, puedes verte sumergido en performances e incluso adquirir piezas de arte que amueblan el hotel.

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